CIEN AÑOS DE SOLEDAD

¡¡¡PROFEEEEEEEE, lo he encontrado!!! ¡¡Ale, aquí lo cuelgo, pa' que lo critiquéis bien a gusto, jejejeje!!

Cien años de soledad fue escrita por Gabriel García Márquez en 1.967. Está considerada como una de las obras cumbre de las letras hispánicas y uno de los referentes míticos de la literatura latinoamericana.

Este libro cuenta la vida de un pueblo andino imaginario (Macondo) y una saga (los Buendía).
Desde la fundación de Macondo y la llegada del progreso, traído por Úrsula (la mujer de J. Arcadio, el primer miembro de la saga, que se va para encontrar a su hijo (que huyó con los gitanos del circo)) hasta el nacimiento del hijo de Aureliano y Amaranta Úrsula (el último miembro de la saga, que nace con cola de cerdo), median 100 años.
Cien años en los que ocurren cosas increíbles, chocantes, mágicas y hasta escalofriantes: La sorpresa de los primeros habitantes ante cosas como el hielo, las dentaduras postizas, los imanes, las esteras voladoras..., la manía de Rebeca de comer tierra y cal, la enfermedad del insomnio (que hace que todos olviden hasta las cosas más elementales, y que se cura con un brebaje que el gitano Melquiades (de quien se hablará más adelante) prepara), la negativa de Amaranta a aceptar el amor y el matrimonio (y la visita que le hace la Muerte con forma de mujer), la curiosa personalidad del coronel Buendía (frío, calculador, valiente, rebelde, luchador, mujeriego tras la muerte de Remedios (su mujer de trece años), al que le da por hacer pescaditos de oro para deshacerlos luego), los diálogos de J. Arcadio con el espíritu del vecino que mató porque murmuraba acerca de la no consumación de su matrimonio, el envalentonamiento de Arcadio al tomar el mando del pueblo (mata, ordena, aterroriza..., etc), la lluvia de flores que cae sobre el pueblo cuando J. Arcadio muere, las charlas de Aureliano Segundo con el espectro de Melquiades, los desaforados partos de los animales cuando Aureliano Segundo se acuesta con su amante Petra, la ascensión a los cielos de Remedios la bella, la llegada del ferrocarril, el cine y el teatro, los 4 años de diluvios y los 10 de sequía, los 3.000 muertos provocados por las fuerzas del orden para aplacar una huelga obrera, la sensación de todos de no saber si es la realidad lo que están viviendo, la idea de quitar maleficios con gallinas, la obsesión de Úrsula por evitar romances entre miembros de su familia porque los hijos nacerían con cola de puerco (lo que al final ocurre con el bebé de Aureliano y Amaranta Úrsula)..., etc.

El gitano Melquiades es uno de los personajes clave de esta historia. Inteligente, honrado, amable, amigo de la familia... Suyos son los manuscritos que deben ser descifrados al cabo de cien años, y eso es lo que hace el penúltimo miembro de la saga cuando pasa ese tiempo.
Prodigiosamente, en esos pergaminos está escrita toda la historia de la familia Buendía. Afirma que el primer Buendía moriría bajo un castaño (J. Arcadio pereció, efectivamente, bajo ese árbol), y que al último se lo comerían las hormigas (lo que al final pasa con el bebé de Aureliano y Amaranta Úrsula).
La lección que dejan los papeles de Melquiades es que la Vida en la Tierra es irrepetible y nadie tiene una segunda oportunidad.

Los temas más destacados que trata el libro son la ansiedad del saber y del progreso, el valor y la voluntad de lucha, el amor, la familia, el sexo, la libertad, la justicia obrera, los fenómenos paranormales...
Por esto último, el texto transmite al lector una constante sensación de absurdo mezclado con la más cruda realidad, de que marchan en paralelo lo posible y lo imposible. Es lo real maravilloso, el realismo mágico.

Esta novela es muy buena; de las mejores que he leído. No me extraña nada que se la considere (como ya apunté al comienzo de este comentario) como una de las obras cumbre de las letras hispánicas y uno de los referentes míticos de la literatura latinoamericana.
Este libro cuesta un poco de leer, por la gran cantidad de personajes que salen con el mismo nombre; pero, apuntándolos en un papel...
Inténtenlo, ya verán cómo Macondo y los Buendía acaban atrapándoles como a mí con su cautivadora magia.




16 de diciembre de 1.997.