CARTA DE SS.MM. LOS REYES MAGOS A ELDA

Querida ciudadanía eldense:


Este año 2020 no va a pasar a la historia por su brillantez, su alegría o su benevolencia. Ha sido un año atípico, plagado de sucesos hasta ahora desconocidos para la juventud y los que ya la han dejado atrás: ¿Quién podía imaginar que un virus tan desafiante como letal iba a romper la salud, la vida, la libertad, la rutina y las economías del mundo entero? ¿Quién, ni en su peor pesadilla, iba a imaginar que mascarillas, geles desinfectantes y protocolos de actuación cada vez más férreos se instalarían en nuestro día a día? ¿Quién iba a imaginar que estaríamos confinados y ‘desconfinados’, ‘escalados y ‘desescalados’ durante un tiempo más largo que una semana sin pan? Y, asimismo, ¿quién iba a imaginar que comportamientos irresponsables, incívicos, insensatos e insensibles por parte de mucha gente obligaría a los gobiernos a poner durísimas restricciones, que afectan tanto a cumplidores como a infractores? Luego se quejan de que traemos carbón. Toda acción tiene sus consecuencias; de ellas se debería aprender. Debería.

Aunque parezca mentira, ya falta muy poco tiempo para que nos pongamos en camino para llenar de sonrisas, ilusión y regalos a los niños del mundo; los villancicos, la Nochebuena, la Nochevieja, el día de Navidad, el día de Año Nuevo, el roscón…, nos preceden. Se crea un ambiente mágico, hermoso; las calles engalanadas con luces y árboles de Navidad, los comercios a rebosar, los planes de ocio y gastronomía copan las agendas de familias y amistades… Pero este año, el año del Covid, hay muchas voces clamando para que los 40000 euros que cuesta la iluminación navideña se destine a obras de caridad que son más necesarias en el actual contexto; Cáritas -por ejemplo- tiene su presupuesto prácticamente agotado al doblar las ayudas a personas que (debido a la pandemia y la gravísima crisis económica que ésta ha provocado) se encuentran en situación de pobreza y vulnerabilidad, y, por otro lado, 500 familias eldenses están percibiendo la Renta valenciana de Inclusión. También, mucha gente cree que con ese dinero podría contratarse más personal sanitario para el Hospital, sin saber que esa competencia es autonómica.

Sí. Hacer estas peticiones es muy loable y muy realista… Pero… ¿Nadie se ha parado a averiguar o a contrastar que la iluminación navideña se rige por una contrata y que, por imperativo legal, tiene que cumplirse si no se quiere acarrear con las consecuencias de dicho (hipotético) proceder? ¿Nadie se ha parado a pensar que, si esa empresa no trabaja, sus obreros se verían abocados también al paro? ¿Por qué no meditamos lo que decimos antes de meter la pata hasta el fondo? ¿Por qué somos tan bocachanclas (permítasenos la expresión coloquial)? Así va el mundo.

Querida ciudadanía eldense, nosotros somos SS.MM. los Reyes Magos, somos mágicos; vamos a estar puntuales recorriendo Elda, repartiendo esos regalos a los más pequeños, que con tanta ilusión nos esperan año tras año. Seguro, seguro, que encontraremos la manera de recibir sus cartas, peticiones y sueños. Seguro, seguro que hallaremos la forma de distribuirlos… Pero para eso necesitamos que todo el mundo respete a rajatabla los protocolos, medidas y restricciones impuestas por las autoridades; nadie está a salvo de un contagio, ni siquiera nosotros. ¿De qué serviría nuestro esfuerzo si el virus sigue expandiéndose y los más pequeños no pueden disfrutar de sus regalos en los parques o en la calle? ¿De qué serviría nuestra visita a tantos hogares si sus integrantes no pueden disfrutar de una Navidad como siempre porque se encuentran hospitalizados, en cuarentena o —lo que es peor— descansando eternamente, por culpa de los que se toman a chufla las normas anti—Covid? ¿De qué serviría nuestro esfuerzo? Por desgracia, la magia no tiene precisamente poder frente a la realidad amarga que nos rodea. 

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