CHAPUZAS Y ESPERPENTO

   Si el grandísimo escritor Ramón María del Valle Inclán levantara la cabeza, no tendría más que darse una vueltecita por Murcia, Madrid y sus correspondientes parlamentos para crear otro de sus brillantes esperpentos. Porque sólo así puede llamarse lo que está sucediendo en la política española en estos últimos días. Porque sólo así puede describirse la vorágine de idas y venidas, reuniones, supuestas presiones y cambios de compañeros de cama en la política murciana y en la madrileña. Porque sólo así puede denominarse la acción/reacción de los diferentes partidos políticos. Esperpento. Claro que, al igual que muchísima gente, el autor de Divinas Palabras también vería todo esto como una chapuza en toda la extensión de la palabra.

    ¿Cómo, si no, se califica que el PSOE de Murcia haya intentado hasta el último momento negociar y pactar con los tres ex diputados de VOX, expulsados de su partido por presunta corrupción, para que la moción saliese adelante? De afirmar que con la ultraderecha no se negocia, a intentar recabar su apoyo… Vaya, vaya… Vamos, que los dirigentes socialistas llevan a rajatabla lo de hablar con todos… Que sí, que está fetén eso, pero, ¿dónde queda la dignidad? ¿Dónde dejan el Pacto Antitransfuguismo, cuya actualización ellos mismos han calificado como " un avance importante en la calidad democrática, que refuerza el criterio para que el tránsfuga no reciba premio o privilegio"? 

Y esto mismo, de igual manera, puede aplicarse al PP, que ha logrado esquivar la derrota en Murcia con los votos favorables de tres diputados de Ciudadanos. ¿Cuándo van a entender unos y otros que las mociones de censura y los transfuguismos son, amén de una forma de corrupción flagrante, una traición a las voluntades expresadas por la ciudadanía en las urnas? Traición que, por cierto, se les perdona una y otra vez cuando hay elecciones.

    Sea como fuere, lo cierto es que corrupción y transfuguismo siguen dándose

porque ni se castigan ni se persiguen con contundencia y eficacia: Ni listas abiertas, ni prohibir indultos a políticos, ni que no prescriban los delitos de corrupción, ni confiscación de bienes a políticos corruptos, ni limitación de mandatos, ni muchos más años de cárcel ni justicia independiente… Nada que haga a un corrupto o corrupta pensárselo dos veces antes de trincar dinero y/o privilegios. Aunque, siendo fríamente realistas, hemos de admitir que corruptos ha habido en todas las épocas y gobiernos, que el dinero y el poder son golosinas muy tentadoras y que los votantes permiten a quienes les gobiernan que mientan y no les exigen que cambien las leyes. Ladramos mucho y mordemos poco. Así nos va.

Comentarios

Entradas populares de este blog

UN AMOR TAN EXTRAÑO COMO IMPOSIBLE.

UNA HISTORIA DEL TEMPLETE.

DE AUTÉNTICA VERGÜENZA