MUCHO RUIDO Y POCAS NUECES

  
 El título de esta columna de hoy refleja, sin lugar a duda, el pensamiento y el sentimiento de muchísimos ciudadanos ante la iniciativa ‘Elda 2030’, que pretende implicar a los eldenses en la mejora e innovación de nuestra amada (y maltratada) ciudad en la próxima década. El escepticismo y el hastío generan preguntas como ¿servirá de algo enviar sugerencias por correo electrónico a la Oficina Técnica o responder a las encuestas que se lanzan cada cierto tiempo? ¿De verdad serán vinculantes los resultados? ¿Se harán las cosas más necesarias para la ciudad o las más convertibles en réditos electorales para el equipo de gobierno local (como casi siempre sucede, sea éste del color que sea)? ¿Veremos por fin una Elda bonita y accesible para toda la población? Parafraseando al gran Calderón de la Barca, «la vida es sueño, y los sueños, sueños son».
Si bien es cierto que en el Centro de Educación Especial Miguel de Cervantes II se han sustituido bajantes de PVC y se ha realizado una limpieza de la red de saneamiento horizontal, el otro centro -el viejo- lleva nueve años cerrado; se halla en ruinas, sufre saqueos y robos cada dos por tres… Y todo ello frente al hospital, con la inseguridad y la insalubridad que genera tal barrabasada. ¿Por qué no se incluye en planes autonómicos o similares y se crea un nuevo y funcional parking para el centro hospitalario? ¿Por qué no se arregla y se destina a uno de los museos que (en una descabellada e incomprensible idea del equipo de gobierno municipal) se quiere instalar en el Museo del Calzado? ¿Por qué no se crea ahí una nueva escuela infantil con instalaciones accesibles y precios asequibles, que tanta falta hace?
 Es total y absolutamente contradictorio que, mientras se celebra el debate sobre el Patrón 3 (Elda humana, inclusiva y diversa), que permite establecer los retos para que la ciudad siga avanzando en la cohesión e inclusión social, la accesibilidad, la igualdad y la creación de oportunidades, no se haga un estudio para valorar el estado real de la accesibilidad en la ciudad. Las calles dan asco con tantos socavones, tantas aceras destrozadas y sucias a más no poder, tantos rebajes de aceras dejados de la mano de Dios y ocupados siempre por insensibles y egoístas conductores, tantos comercios con barreras arquitectónicas insalvables para sillas de ruedas y muletas… Si la Constitución de 1978 dice que todos somos iguales y tenemos idénticos derechos, ¿por qué no se traduce eso en una igualdad real en el día a día para todos los eldenses? ¿Por qué no se aborda de una vez por todas este gravísimo problema? Donde haya barreras, que las quiten; donde no pueda entrar o salir alguien, por muy recinto privado que sea, que se sancione con dureza real y no con una multita de nada; donde no se incluya a todo el mundo en comercios, que los cierren por una temporadita. Veríamos si cambiaba el panorama; lamentablemente, hay quien no entiende nada si no es con mano dura y bolsillos vacíos.

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