GUERRA Y PAZ.

[Lo prometido es deuda... Aquí os cuelgo el comentario de texto que en su día hice de "Guerra y paz".
Ahhhhhhhhh, ¡espero vuestra "pelea", jajajjjjjjjjjjjjjjjjjjjjjjjj, Ariovisto y Dicybug!].






Guerra y paz fue escrita por el autor ruso León Tolstoi (1.828-1.910), y fue publicada por primera vez entre 1.885 y 1.887. Pertenece, por tanto, al Realismo.


Argumento de Guerra y paz.

Guerra y paz cuenta un hecho real, la ocupación francesa de Rusia por las tropas de Napoleón durante el reinado del Emperador Alejandro, mezclado con la fantasía de la vida en la Corte y la nobleza. El libro, poco a poco, va envolviendo al lector y atrapándolo en un complejo laberinto de sentimientos humanos y estrategias militares que da una clara muestra del carácter ruso. Vamos a contar el argumento siguiendo el orden estructural establecido por Tolstoi.

En la primera parte, arranca la historia con las veladas de baile y cotilleo en casa de los cortesanos. Conocemos a los Rostov, a sus hijos Nicolás, Natacha y Sonia (ésta es considerada hija, pero es recogida), los amores de Nicolás y Sonia y Natacha y Boris (amigo suyo), al príncipe Andrés y a su embarazada esposa Lisa, a Pedro (amigo de Andrés) y a su padre (que lo reconoce como hijo poco antes de morir)...

En la segunda parte, aparece la batalla bélica con todo lujo de detalles: La estrategia de los militares, la muerte, las heridas, la amistad y la solidaridad entre compañeros de bando...

En la tercera parte, Pedro es “empujado” por sus nuevos amigos de la Nobleza a declararse a Elena, una bellísima condesa (pero un poco puta , o al menos eso insinúa el autor), para dar más realce a su poder recién estrenado. Tras unos párrafos dedicados a contar el desarrollo de la batalla, se nos narra la boda de Pedro y Elena.
También vemos el curioso triángulo amoroso que se forma entre María (hermana de Andrés), Anatolio (hermano de Elena) y Madeimoselle Amelia; los dos primeros sufren el apaño de su boda, pero la princesa descubre la mutua pasión de su prometido y su doncella y ve la excusa perfecta para no casarse.
Tras narrarnos la increíble devoción de los soldados por los dos emperadores (en especial por Alejandro), se nos cuenta la caída como prisionero del príncipe Andrés y la simpatía con la que lo trata Napoleón.

En la cuarta parte, amén de narrarse el regreso con permiso de Nicolás (el hermano de Natacha), se cuenta el duelo entre Pedro y Dolokov por culpa de Elena (pues su marido cree que es amante del militar). En el desafío, Dolokov cae herido, y, tras el mismo, Pedro echa a Elena de su casa.
En otro fragmento del texto, asistimos a la muerte de Lisa al dar a luz a Nicolás, su hijo; el príncipe Andrés, liberado, llega a tiempo de ver el parto y el fallecimiento de su mujer.
Dolokov se declara a Sonia, y ésta lo rechaza porque sigue enamorada de Nicolás.

En la quinta parte, el autor nos narra el recrudecimiento de la guerra, la entrada en ella de Nicolás Bolkonski (el padre de los príncipes Andrés y María), la melancolía que envuelve al chico tras la muerte de su esposa, la enfermedad del niño...

En la sexta parte, un tiempo después, en un viaje por el campo, Andrés se fija en una joven y bella campesina que resulta ser Natacha, de la que se acaba enamorando perdidamente.
Pedro acepta que Elena vuelva con él, pero es una reconciliación de cara a la galería. Por aquello del prestigio.
Natacha también se ha enamorado de Andrés, así que, cuando él se le declara, se comprometen. Pero, para su sorpresa, por imposición de su suegro debe pasar un año hasta que pueda celebrarse la boda.

En la séptima parte, Nicolás regresa con permiso a su casa para ayudar a su madre a salvar la economía familiar, muy debilitada por la enfermedad y los malos negocios de su padre. Para tratar de mantener su elevada posición, sus progenitores le arreglan su boda con Julia (la hermana de Elena y Anatolio), pero él se niega por el amor que lo une a Sonia; esta situación encoleriza sobremanera a Natalia, pero no vuelve a mencionar el tema. Antes de partir de nuevo al frente una vez pasadas las Navidades (que celebran, como se hace en la actualidad, con disfraces), se declara a su prima y le da su palabra de que se casarán, haciendo caso omiso de la indignación de su padre.

En la octava parte, Natacha va a Moscú a conocer a su futura familia política. Ya, en el primer encuentro, el desprecio es recíproco.
En la ópera, Natacha se hace amiga de Elena, y ésta le presenta a Anatolio, que pretende tirársela . Logra que caiga y se besan apasionadamente; escandalizada, la joven comprende que debe elegir entre su prometido Andrés y Anatolio. Sonia, petrificada, descubre el tinglado y se lo cuenta a María, amiga de ambas; y las dos impiden (al leer las cartas furtivas que se mandan) que la condesa Rostov, enloquecida, huya con su amante. Despechada, Natacha escribe a María Bolkonski diciéndole que le devuelve la palabra al príncipe Andrés. Poco después, enferma al oír en boca de Pedro que su amante fue obligado a casarse con una chica a la que le robó la honra. Éste huye de Moscú advertido por su cuñado, que teme el desafío de Andrés. Para enredar más la trama, Pedro se enamora de Natacha y casi se le declara abiertamente...

En la novena parte, asistimos a un recrudecimiento de los combates. En medio de éstos, Andrés va a San Petersburgo a desafiar a Anatolio, pero Kuraguin es avisado otra vez por Pedro y huye de nuevo.
A Nicolás le otorgan la cruz de San Jorge por arriesgarse y ganar una batalla con su valentía y su empuje.
Pedro decide no volver a casa de los Rostov porque ya no puede disimular lo que siente por Natacha.

En la décima parte, asistimos a la enfermedad del padre del príncipe Andrés, que finalmente muere atormentando a su hija con su ternura; María deseaba secretamente el fallecimiento para gozar de la libertad nunca conocida bajo el dominio de su progenitor.
La ciudad va a ser saqueada, y Nicolás salva de los ladrones a la princesa María, y entre los dos surge una especie de flechazo; pero él se siente obligado a Sonia, por la palabra de matrimonio que le dio.
En otro fragmento, asistimos con todo lujo de detalles (metralla, sangre, muertos...) a una batalla en la que Andrés participa. A visitar a su amigo Bolkonski en el frente va Pedro, y se convierte en un estorbo por no tener ni idea del tema. El príncipe Andrés quiere morir, porque con todo lo que le ha pasado, la vida ya no tiene sentido para él. Mientras, Napoleón se jacta de que sus tropas se hallan a las puertas de Moscú, pero las huestes rusas avanzan por la retaguardia camino de la victoria final.
El príncipe Andrés resulta herido en combate, y en la ambulancia se entera de que a Anatolio le han cortado una pierna. Este fragmento es especialmente hermoso, pues, a raíz de este hecho, Andrés descubre el amor hacia el prójimo y el sentido positivo de la vida.

En la undécima parte, Pedro desaparece de su casa y vaga camuflado por las saqueadas calles de Moscú. Está poseído por la fiebre.
Sonia queda rota de dolor al conocer el entusiasmo de Nicolás por la princesa María, sentimiento deseado por los condes, que están arruinados.
Como éstos deben abandonar la casa, la ceden a los heridos que van llegando de los frentes. Con gran sorpresa, la condesa y Sonia descubren que el príncipe Andrés partirá con ellos, y deciden esperar un poco para contárselo a Natacha. Ésta se escapa para verlo cuando se entera de que irá con ellos, le pide perdón y se reconcilian.
Pedro, por su parte, empieza a planear el asesinato del emperador Napoleón; y esa actitud de febril locura recuerda a la del protagonista de Crimen y castigo, Raskolnikof. Pero, cuando va a hacerlo, una mujer deshecha en lágrimas le pide que salve a su niña, atrapada en el incendio de su casa. Lo hace, y, al devolver a la niñita, comprende que debe ayudar a más gente, pero lo sorprenden los franceses con el arma y lo detienen, haciéndolo prisionero.

En la duodécima parte, asistimos al éxito obtenido por las tropas rusas en una batalla que les acerca un poco más a la victoria final.
Elena muere por sobredosis de calmantes. Padecía angina de pecho.
Nicolás, por su parte, accede a pedir la mano de la princesa María. Va a visitarla, y ambos, por separado, admiten haberse enamorado; y aunque él sigue sintiéndose obligado a Sonia, cuando recibe una carta de ésta rompiendo su compromiso matrimonial, comprueba que tiene el camino libre.
Pedro, que naturalmente no sabe nada de la muerte de su esposa, presencia una ejecución y es trasladado, acto seguido, a otra barraca de prisioneros.
La princesa María decide trasladarse con su sobrino a casa de los Rostov, pues se ha enterado de que su hermano está con ellos. Ella y Natacha cuidan de él en sus últimos días, pues fallece al poco tiempo rodeado de toda su familia.

En la decimotercera (y última) parte, Pedro es trasladado otra vez de prisión. Tras ser liberado por los cosacos, acude frecuentemente a casa de los Rostov (él se ha enterado ya del fallecimiento de su mujer, Petia (hermano de Nicolás y Natacha) y su padre mueren en un corto espacio de tiempo, y María y su sobrino se hacen amigos de la novia de Andrés y se quedan a vivir con ellos), a charlar, y al final se casa con el verdadero amor de su vida, Natacha.
Por último, Nicolás vuelve del frente para hacerse cargo de las deudas heredadas de su padre, y tras tratar a la princesa María peor que a un perro vagabundo (a causa de su pobreza), acaba declarándole su pasión y casándose con ella.


Temas de Guerra y paz.

Guerra y paz cuenta un hecho real , la ocupación francesa de Rusia por las tropas de Napoleón durante el reinado del emperador Alejandro; y los destrozos a nivel humano, económico, urbanístico y político que causa. Hechos como el combate, la muerte, las heridas, las ejecuciones..., etc, son narrados por Tolstoi con gran crudeza.
Los asuntos políticos (el rechazo o la aprobación de los métodos de Napoleón, los crímenes por intereses.., etc) también son tratados sin tapujos por los personajes.

Antes, en el resumen del argumento, hemos aludido al protagonista de Crimen y castigo, Raskolnikof. Y ahora volvemos a él porque, al salir el tema de los crímenes por intereses, nos gustaría apuntar que los contertulios del primer cap. de la primera parte y él (además de un gran número de personas que hasta bien entrado el s. XX no consideraban el crimen un delito excesivamente grave) comparten la idea del derecho moral a matar si se le hace un servicio a la Humanidad. Ya se apuntó en su momento (el comentario de Crimen y castigo) que ese planteamiento, hoy, es apología del fascismo.

Pero, a mi juicio, el tema por excelencia de Guerra y paz es el afán de vivir. El instinto de supervivencia. Por muchos palos que dé la Vida, ésta sigue adelante; tarde o temprano, siempre se ve la luz al final del túnel. A esta positiva conclusión llegan casi todos los personajes del libro; justo al contrario que Andrés Hurtado, el protagonista de El árbol de la ciencia, que no soporta los varapalos del Destino y acaba con su vida .
También destaca el egoísmo de vivir por uno mismo, pasando de todo y de todos.

Otro tema que destaca en Guerra y paz es el de la honra, como en toda la historia de la Literatura.
Llaman la atención el hecho de no poder pasar de un beso sin casarse y la forma de arreglar los temas de cuernos , con un duelo.

La sumisión de la esposa al esposo o la duda ante la eficacia en un parto del médico por parte del padre del bebé son temas que a nosotros nos suenan a prehistóricos, pero que han sido comunes hasta casi ahora.
Otro asunto que trata Guerra y paz es el amaño de matrimonios en la Corte.

También destaca la diferencia de trato que sufre Pedro a lo largo de la novela: Lo ven como un estorbo mientras es humilde, y cuando es rico se lo rifan. El eterno poder del dinero.

La admiración que siente Andrés por Napoleón y el odio que le toma al ver las canalladas que comete, la amistad, el amor de Dolokov (un gran sinvergüenza) por su madre enferma, la pasión, el amor…, etc, son los otros temas que destacan en esta novela realista.


Opinión personal de Guerra y paz.

Guerra y paz me ha parecido una buena novela realista, con algunas imágenes muy desagradables, pero que, por otra parte, son la realidad de Rusia y Europa en aquella época.

Creo que tiene un desarrollo “rosa” (romántico y tierno como un serial de TV), cuya trama y final son, en cierto modo, previsibles .
Su estilo narrativo me parece excesivamente connotativo, y su lenguaje, culto, elegante y claro.
En general, y pese a lo comentado al principio, es amena y agradable. No me ha disgustado, pero tampoco me ha enloquecido…


6 de abril de 1.998.

Comentarios

buggy ha dicho que…
Ni loco me leo yo ese tostón...
No me interesa nada este tipo de literatura insípida y amodorrante.

Seguro que ese libro puede entrar por derecho propio en los grandes ladrillos de la historia de la literatura. Eso sí, para los "cultos" debe ser el no-va-más. Y es que leí bastante parte de Crimen y Castigo (por suerte me rendí a tiempo), y ¡vaya mierda de novela! Es mi opinión, claro.

Me llama la atención el lenguaje: puta y titársela, por ejemplo. ¿Te decían algo tus profesores?

Un abrazo
Anónimo ha dicho que…
O tempora, o mores!
¡Qué recuerdos!
El realismo ruso es como andar en pleno invierno a las órdenes de Napoleón camino de San Petersburgo. Llega un momento en que no te sientes los pies.

En cuanto al prócer del sótano... prefiero no decirle nada...anda en una paz bélica tejiendo el tiempo dorado con una tal Dánae (él sabrá) sobre un Nilo lleno de curvas, y rasantes y cochecitos, sin duda, mucho más interesantes que leer a un ruso deprimido.
Es igual, todo "crimen" tiene su castigo.

(Me estoy leyendo todo lo que me mandas, que conste, pero es que voy de culo y sin frenos...y con el maletero abiertooooo)

Besos, ampurina.
Anónimo ha dicho que…
Hola Puri,
Me gusta mucho que nos comentes novelas que te has leído. Ésta es un follón de relaciones entre los numerosos personajes, mezclada, por lo que nos cuentas, con una buena descripción del momento histórico que relata.
Me quedo con el mensaje positivo de que "el afán de vivir" es el tema central de la obra.
Un beso!!
PD. Muchas gracias por tu comentario en mi blog. Tienes toda la razón.
Puri ha dicho que…
¡¡Jejejejeje, Dicybug, ya sabía yo que no me ibas a defraudar con tu crítica! GRACIAS. Me ha encantado.

El profe que me mandó hacer ese comentario fue Ariovisto, ¡¡my dear profe Ariovisto! Y sí, me hizo unas cuantas correcciones con boli rojo, jejejeje, que en Word he transcrito como notas al pie; lo que ocurre es que Blogspot no me deja ponerlas. Si quieres ver el texto completo, Ariovisto te lo pasa, ya que tú no quiieres escribirme... Buuuuuuuuaaaaaaaaaa buaaaaaaa, jejejeje...

UN ABRAZO.
Puri ha dicho que…
¡¡¡Prooooooooooooooofeeeeeeeeeeeee, qué recuerdos, sí que es verdad!!! Madre mía, cómo pasan los años y cómo echo de menos aquellas clases y aquellos ratos tan humanos, divertidos, literarios y aleccionadores...

¡¡Ayyyyyyyyyyssssss, nostalgia...!!

PD: ¡¡Cierra el maletero, profe, no tengas algún percance, jejejeje!!


MIL BESOS, PROFE.
Puri ha dicho que…
¡¡¡GRACIAS A TI, Saporima!!!

¡¡Seguiré poniéndoos crónicas literarias!! Disfruto como una loca con tu apoyo y el de my dear profe Ariovisto y las críticas del cascarrabias del semisótano...

MIL BESAZOSSSSSSSS,

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