CARTA A UN AMOR NUNCA OLVIDADO.

(Relato enviado a Radio Vivir, para el concurso de San Valentín... ¡Deseadme suerte!).



Querido amor:

La verdad es que no sé por qué te escribo, no sé por qué me permito seguir soñando que vuelves a mí como vuelve la primavera tras el invierno, como vuelve la calma tras una virulenta tempestad o como vuelve el sol tras marcharse la luna. No sé cómo tienes ese poder sobre mí, sobre esta mujer lista, decidida y a la que ni un terremoto haría cambiar de opinión sobre nada… Excepto en lo que concierne a ti, amor nunca olvidado, amor avasallador, amor que cambió mi vida, amor que me hizo conocer el cielo y el infierno y la dicha y la desesperación… Amor… ¡Amor nunca olvidado! El gran amor de mi vida, ¡amor nunca olvidado! No lo entiendo, no sé cómo sigues embriagando mis sentidos, volviéndome loca con tu voz, electrizando mi sangre con sólo rememorar el olor de tu perfume, nublando mi vista con tu sonrisa, haciendo temblar cada centímetro de mi piel con el recuerdo de tus manos acariciándola y tus labios trazando senderos de enloquecedor placer en ella, nunca olvidando cómo me llevabas al final del arco iris, a un mundo de felicidad, de magia y de mil colores bellos donde éramos los soberanos de la dicha… Un mundo que ya nunca volverá, un mundo del que, ¡ojalá!, nunca hubiéramos regresado, amor mío. Amor cruel. ¡Amor nunca olvidado!
Cierro los ojos y retrocedo al día en que nos conocimos, ¡bendito aciago día! Nunca olvidaré cómo temblé, cómo sentí tus ojos verdes atravesando los míos, cómo la química y la complicidad y la risa y la pasión se instalaron entre nosotros, cómo el paso de los meses tejió una calceta de amor y deseo incontrolable entre nosotros dos, cómo el amor y el odio, los avances y los retrocesos, la ternura y la ira, lo blanco y lo negro, los besos y los desprecios, la dicha y el rencor se convirtieron en nuestra cotidianeidad y redujeron mis sueños a cenizas. Estar contigo fue la peor de las drogas; dañabas mi cerebro y mis nervios y no podía dejarte, sabía que me estabas matando de dolor y no había metadona capaz de desengancharme de ti, me dabas un placer mínimo y unos berrinches máximos y siempre te perdonaba. Una y otra vez. Te perdonaba porque te amaba, pero, ¿y tú? Tú… Tú me querías tanto como me despreciabas, me necesitabas tanto como me engañabas y me utilizabas, amor envenenado. Amor destructivo. Amor nunca olvidado.
El día que supe la verdad sobre ti, un volcán de dolor estalló en mí. Quise que la tierra me tragase, que me sepultara entre toneladas de consuelo y kilos de olvido y millones de sacos de calor, pero no sucedió. No pasó. Me ahogué de desesperación, me desbordé en un océano de lágrimas, me apalanqué tras un muro de empedrado silencio y me di asco. Asco por amarte, aún sabiendo que te liaste conmigo para poder cobrar la herencia en vida de tu millonario tío indiano “que te puso como única condición casarte con una chica parapléjica de su pueblo natal y así hacer una obra de caridad con la pobre inválida”… ¡Maldito liante, beato hipócrita, metomentodo alcahuete, bruto ignorante! ¿Pero en qué mundo se cree que vive? ¿Acaso ignora que sé que urdió este plan para acallar su conciencia por el daño que hizo quedándose con las propiedades de mi familia en la Guerra y provocando el fusilamiento de mi tío “por rojo”? ¿No se paró a pensar que somos personas y no marionetas cuyos hilos pueden moverse al antojo del más pintado? ¡¡No, no lo pensó!! No pensó en el daño que hacía, no pensó en que me podía enterar y matarme de dolor y desengaño, de vergüenza y de incredulidad… No, no lo pensó. Pensó en sí mismo, no en nosotros ni en el daño que iba a causarnos. No pensó que no somos robots programables… Que somos personas, y como tales, impredecibles e ingobernables, afortunadamente.
¿Y tú…? ¿Preveías enamorarte de mí? ¿Preveías que no te resultara tan sencillo el planteamiento de tu tío? NO. Rotundamente, no. Por eso te debatías, por eso me tratabas de una manera o de otra, según te soplara la veleta mental en un sentido o en otro. No esperabas enamorarte de mí, no esperabas que fuera como soy, inteligente, dulce y sensata, no esperabas que una chica en silla de ruedas tocase el violín y se estuviera forjando un sólido porvenir como concertista, ¿verdad? No esperabas enamorarte de mí, ¿verdad? No lo esperabas, y te mereces la lección de amor y de vida que, sin pretenderlo, te he dado. Te mereces eso tanto como mi desprecio… ¡Soy un ser humano! ¡¡Tengo sentimientos!! Me da vergüenza haberte querido. Qué duro es decir esto de alguien. Es muy fuerte. Es la puñalada sangrante que te clava en lo más hondo del alma quien tú más quieres…Y ese alguien eres tú, amor nunca olvidado.


Comentarios

Anónimo ha dicho que…
Hola Puri,

Quizá no debería ser tan sincera, pero en mi modesta opinión, es una carta demasiado triste para poder ganar el concurso de San Valentín... No sé... ¡¡Ojalá me equivoque!!

Por otro lado, al leerla he tenido durante muchos momentos la sensación de estar en un plano de ideas y sentimientos puros, preciosa y apasionadamente descritos. Muchas partes me han encantado. Pero en ciertos puntos específicos, para mí, el descenso a los datos concretos reales de la historia implica un cambio de plano demasiado abrupto... No sé...

Enhorabuena. Escribes fenomenal.

Un cordial saludo!
Francis Nicolás ha dicho que…
Nunca se ha de avergonzar uno de haber amado. Se debe uno avergonzar de desperdiciar el amor, eso sí es grave... pero de amar... Lo suyo es que sea correspondido, pero el tiempo te dirá que amar sin respuesta no es menos amor que el otro...tal vez, si me aprietas, más intenso...

Muy tierno...Si consigues pasar los cuartos de final del mangoneo, te llevas el premio de San Cobardín seguro...

Besos, my Puri.
Anónimo ha dicho que…
Hola Puri,
Siento haber sido pesimista antes... Llevaba todo el día corrigiendo y tenía la cabeza como un bombo...
He pensado que para el día de San Valentín, un día tan rosa y almibarado, esperarían historias con final feliz. Sólo por esa razón he creído que tu intensa carta de amor quizá no pudiese ganar. Pero si fuese yo la que tuviese que tomar una decisión, te daría un 10.
Un beso.
Puri ha dicho que…
¡¡HOLA SAPORIMA!! ¡¡¡No te preocupes, ssi a mí me encanta recibir opiniones y críticas sinceras y objetivas!! Yo también veo que en algunos párrafos "se me fue la tecla" demasiado, pero bueno, la historia no tiene ni azúcar ni miel ni almíbar. Es un relato de un amor intenso y de un desengaño espeluznante... ¡¡Habrá que confiar en el ánimo del jurado...!!

Pero te confieso una cosa: Ya he ganado. Y he ganado porque mi premio es que el lector me lea. Que gente culta como mi admirado PROFE Ariovisto y tú visitéis mi blog y me digáis que ánimo, que escribo bien o que puedo tener futuro en esto de las letras.

¡¡BESAZOS!!
Puri ha dicho que…
¡¡¡PROFEEEEEEEEEEEEEEEE!!!

Sé que llevas razón, que no hay que avergonzarse de amar y que cuanto más intenso es un amor más disparates hace cometer... Pero jod..., hay algunos amores que matan literalmente de dolor, humillación y tristeza. Amores que sí que sonrojan al que los vive... Y termina deseando no haberlo hecho, sin percatarse de que el destino es inexorable y nadie puede escaparse de él.

¡¡Espero que tengas razón y llegue a la final de San Cobardin y gane, jejeje!! Pero, como ya le he dicho a Saporima, ya he ganado: Mi premio sois mis lectores, vuestro apoyo y vuestro interés.

MIL BESOSSSSS, MY DEAR PROFE.
Francis Nicolás ha dicho que…
Cómo que tendrás futuro en esto de las letras! ¡Serás...! ¡Serás...! ¡Serás Messi!

Tu dejaste de ser futuro el día en que me inmortalizaste en las piedras de la catedral de Orihuela...

(Baja, Modestoooo)

Un beso.
Puri ha dicho que…
¡¡PROFEEEEEEEEEEEEEEEE!!

¡¡No, que no baje modesto, jejejeje!! Para mí fue un placer y un orgullo plasmar tu nombre en las piedras de la Catedral de Orihuela, porque sabes mejor que yo que sin tu apoyo, tu empuje y tu paciencia MÁS ALLÁ DE LAS SOMBRAS nunca hubiera sido concluida por este terremoto de inmerecida alumna tuya. ¡¡Te merecías esa dedicatoria, my dear profeeeeeeeeee!!

PD: ¡No sé si seré la Messi de las letras, pero me encantaría, jejeje!

BESOS.
Puri ha dicho que…
¡¡GRACIAS, SAPORIMA!!

Besos

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