DISCAPACIDAD Y VISIBILIDAD.
Desde luego, a los partidos políticos del Reino Unido debería causarles sonrojo su falta de sensibilidad y su oportunismo más que reprobable al criticar al líder tory, David Cameron, por hablar en repetidas ocasiones de su hijo Ivan, aquejado desde su nacimiento hace 6 años, y hasta su muerte hace unas semanas, de un alto grado de parálisis cerebral y que sufría constantes y fuertes ataques de epilepsia (en la variante ocasionada por el síndrome de Ohtahara). ¿Qué querían que hiciera, avergonzarse de él y esconderlo como hacían nuestros antepasados con las personas que padecían algún tipo de discapacidad? ¿Que no hablase de su hijo para que nadie pudiese pensar que lo hacía para ganarse al electorado? ¿Que ocultase su existencia para que nadie pudiera sentirse molesto? Lo dicho, debería darles vergüenza usar un tema tan personal y tan delicado para atacar a un contrincante político.
Por otra parte, también ha habido quien (incomprensiblemente) ha criticado a TVE por haber sacado a una chica con síndrome de Down en uno de sus programas estrella, “Tengo una pregunta para usted” (en el transcurso del cual la ya famosa Izaskun puso en un brete a ZP al preguntarle que por qué no había ningún trabajador con síndrome de Down en el Congreso de los Diputados, aunque debió informarse más; sí que lo hay: Javier tiene síndrome de Down y trabaja en el Grupo Popular, clasificando y repartiendo su correspondencia, siendo calificado por sus compañeros y por los diputados como atento, listo, despabilado y eficaz). Estas críticas son incomprensibles en la España de hoy, que se tiene por moderna, integradora, abierta y sensible… Pero que sigue permitiendo injusticias y desigualdades por doquier, sin que desde los organismos públicos se tome conciencia de éstas y sin que se adopten medidas lo bastante eficaces como para erradicarlas, o al menos atajarlas.
Lo que hay que censurarle a TVE es que hechos como el de Izaskun sigan siendo una novedad, y lo que hay que exigirle (porque es una empresa pública que debe ser equitativa y justa con los ciudadanos a los que presta sus servicios) es que dé más visibilidad en su programación a las personas con discapacidad, que no se sientan tan influenciados por la audiencia y que dejen de pasarse por cierto sitio principios básicos previstos en la Ley de RTVE como "la atención a grupos sociales con necesidades específicas" y que no quiten al espectador “por no entorpecer el ritmo televisivo” la oportunidad de ver las dificultades que ocasionan a un discapacitado las barreras arquitectónicas en la retransmisión de unos premios cinematográficos. Esos instantes son el pan nuestro de cada día en las personas con discapacidad, y mostrarlos públicamente ayuda a que se conozca esta dura realidad cotidiana, y despertar la conciencia del ciudadano es más importante que los datos de share… Aunque, perdón, olvidaba que es menos rentable.
No basta con aumentar las horas de subtitulado cuando hay miles de personas sordas que no pueden seguir determinados programas porque no todos lo incorporan, no basta con un informativo para sordos cuando un programa hecho y presentado por personas con discapacidad intelectual como era "Nosotros también" ha desaparecido de la parrilla de La 2 sin motivo aparente. No basta con afirmar que “es constante la preocupación del ente público por las personas con discapacidad”, cuando apenas informan de eventos, noticias, logros o sucesos relacionados con este colectivo… Y cuando apariciones como la de Izaskun son en sí mismas noticia por su puntualidad.
El que las personas con discapacidad sean visibles depende tanto de ellas (nosotras) mismas como de la sociedad en la que vivimos y de los medios de comunicación. De ellas (nosotras) porque hay que dejarse de victimismo barato, de complejos inútiles y de egoísmos egocéntricos y demostrar que se le echa un par a la vida, que se es tan capaz como los demás de llevar a cabo una determinada labor y que la magnitud de los obstáculos a sortear no es ni más ni menos que la que nosotros le creemos. De la sociedad en la que vivimos, porque tiene que cambiar su deplorable escala de valores actual y ver a las personas y la personalidad de éstas y no la discapacidad que les afecte, dejándose de una vez por todas de prejuicios y mitos que tanto dificultan la mutua integración. Y de los medios de comunicación en general y las cadenas de televisión en particular, porque por encima de entretener al personal y tratar de obtener los máximos beneficios posibles en lo económico y en los datos porcentuales de audiencia, están obligadas a prestar atención a todos los colectivos sociales: En España no sólo hay modelos y toreros, folclóricas y futbolistas, grandes hermanos o invitados a cenar que se despellejan con saña en cuanto uno de ellos se gira; también hay personas con discapacidad, y merecen ser visibles. Sus problemas, sueños, realidades y necesidades son reales como la vida misma… Aunque, y perdón de nuevo, olvido que no son rentables para las cadenas ni interesantes para la audiencia.
Por otra parte, también ha habido quien (incomprensiblemente) ha criticado a TVE por haber sacado a una chica con síndrome de Down en uno de sus programas estrella, “Tengo una pregunta para usted” (en el transcurso del cual la ya famosa Izaskun puso en un brete a ZP al preguntarle que por qué no había ningún trabajador con síndrome de Down en el Congreso de los Diputados, aunque debió informarse más; sí que lo hay: Javier tiene síndrome de Down y trabaja en el Grupo Popular, clasificando y repartiendo su correspondencia, siendo calificado por sus compañeros y por los diputados como atento, listo, despabilado y eficaz). Estas críticas son incomprensibles en la España de hoy, que se tiene por moderna, integradora, abierta y sensible… Pero que sigue permitiendo injusticias y desigualdades por doquier, sin que desde los organismos públicos se tome conciencia de éstas y sin que se adopten medidas lo bastante eficaces como para erradicarlas, o al menos atajarlas.
Lo que hay que censurarle a TVE es que hechos como el de Izaskun sigan siendo una novedad, y lo que hay que exigirle (porque es una empresa pública que debe ser equitativa y justa con los ciudadanos a los que presta sus servicios) es que dé más visibilidad en su programación a las personas con discapacidad, que no se sientan tan influenciados por la audiencia y que dejen de pasarse por cierto sitio principios básicos previstos en la Ley de RTVE como "la atención a grupos sociales con necesidades específicas" y que no quiten al espectador “por no entorpecer el ritmo televisivo” la oportunidad de ver las dificultades que ocasionan a un discapacitado las barreras arquitectónicas en la retransmisión de unos premios cinematográficos. Esos instantes son el pan nuestro de cada día en las personas con discapacidad, y mostrarlos públicamente ayuda a que se conozca esta dura realidad cotidiana, y despertar la conciencia del ciudadano es más importante que los datos de share… Aunque, perdón, olvidaba que es menos rentable.
No basta con aumentar las horas de subtitulado cuando hay miles de personas sordas que no pueden seguir determinados programas porque no todos lo incorporan, no basta con un informativo para sordos cuando un programa hecho y presentado por personas con discapacidad intelectual como era "Nosotros también" ha desaparecido de la parrilla de La 2 sin motivo aparente. No basta con afirmar que “es constante la preocupación del ente público por las personas con discapacidad”, cuando apenas informan de eventos, noticias, logros o sucesos relacionados con este colectivo… Y cuando apariciones como la de Izaskun son en sí mismas noticia por su puntualidad.
El que las personas con discapacidad sean visibles depende tanto de ellas (nosotras) mismas como de la sociedad en la que vivimos y de los medios de comunicación. De ellas (nosotras) porque hay que dejarse de victimismo barato, de complejos inútiles y de egoísmos egocéntricos y demostrar que se le echa un par a la vida, que se es tan capaz como los demás de llevar a cabo una determinada labor y que la magnitud de los obstáculos a sortear no es ni más ni menos que la que nosotros le creemos. De la sociedad en la que vivimos, porque tiene que cambiar su deplorable escala de valores actual y ver a las personas y la personalidad de éstas y no la discapacidad que les afecte, dejándose de una vez por todas de prejuicios y mitos que tanto dificultan la mutua integración. Y de los medios de comunicación en general y las cadenas de televisión en particular, porque por encima de entretener al personal y tratar de obtener los máximos beneficios posibles en lo económico y en los datos porcentuales de audiencia, están obligadas a prestar atención a todos los colectivos sociales: En España no sólo hay modelos y toreros, folclóricas y futbolistas, grandes hermanos o invitados a cenar que se despellejan con saña en cuanto uno de ellos se gira; también hay personas con discapacidad, y merecen ser visibles. Sus problemas, sueños, realidades y necesidades son reales como la vida misma… Aunque, y perdón de nuevo, olvido que no son rentables para las cadenas ni interesantes para la audiencia.
Comentarios
¡¡Nooooo!! ¡¡¡ A los familiares de los estudiantes enfermos con la gripe del guacamoleeeee!!!
hay k joderse!!! Y de la gripe - "flushit" que se trasmite por los micrófonos, ¡¡¡¿se tiene vacunaaaa?!!!
¡Que razón tienes y que pedazo de crisis mental que nos asola!!
Un besazo
PD.- Veo que la vacuna contra la leukofobia funciona perfectamente venga la cepa de donde venga.
Qué sensiblilidad, es apabullante, pero bueno... Hay que sacarles los colores a las televisiones cada vez que se tercie, aunque se lo pasen por donde tú y yo sabemos. Al menos que conste que algunos no nos dejamos idiotizar con gilipolleces.
¡¡Bendito antídoto contra la leukofobia, claro que sí, profe!! De ese tenemos tú y yo de sobra, ¡afortunadamente!
MIL BESOS, MY DEAR PROFE.
Un beso!
Otro beso!!
MIL BESOS,
Por otra parte, vivimos en una sociedad en la que la estética es uno de los criterios principales para decidir lo que gusta y lo que no. Ver a personas con sindrome de down no es bonito, así que es lógico que la gente proteste porque saquen a una en la tele. Sólo deberían salir modelos enclenques con vestiditos de diseño. Es más, a todos los feos deberían encerrarnos en nuestras casas y no dejarnos salir más que a determinadas horas.
Lo curioso es que, además, la gente no discapacitada habla de la discapacidad como si fuese algo ajeno. Como si una enfermedad o accidente no pudiese arrebatarle a cualquiera alguno de sus sentidos o la movilidad, en cualquier momento. O como si no pudiese tener cualquiera un hijo con algún tipo de discapacidad congénita.
Eso es algo que siempre me ha resultado muy curioso.
GRACIAS por tu comentario y por tu visita a mi blog.
Saludos,
Un besazo!