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Mostrando entradas de 2010

UN AMOR QUE HA CAMBIADO MI DESTINO.

Este relato está inspirado en hechos reales. Los verdaderos “Ainhoa” y ”Miguel Ángel” viven en otro punto de España, y por motivos de seguridad no quieren que sus nombres reales sean dados a conocer. Desde estas líneas quiero agradecer a “Ainhoa” toda la amistad y todo el cariño que me ha dado y que me da desde que nos conocemos, porque es un ángel. Aunque ella diga que no, lo es... Y punto pelota, como dice ella. Asimismo, deseo darle las gracias de todo corazón por haberme permitido contar su historia; cuando la supe, me quedé impresionada por las circunstancias que la rodearon y por la fuerza del amor de mi amiga por ese hombre. Como ella misma afirma siempre, ese amor ha cambiado su destino. Irún (Guipúzcoa), 23 de diciembre de 2003. Querida amiga mía: ¿Qué tal estás? No sé si te acordarás aún de mí; soy Ainhoa, tu amiga de Euskadi. Te escribo esta carta sin saber a ciencia cierta si la recibirás, y sin saber qué ha sido de ti. Ha pasado mucho tiempo desde la última vez que nos vim

ÓSCAR Y JORDI.

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[La magia de la Literatura me ha permitido rendir este pequeño homenaje a las dos mascotas que tantos maravillosos instantes me han regalado]. Óscar. 1982-1998. Jordi. 2001- El cantar alegre, atronador, rítmico y, en ocasiones, atolondrado de Óscar brillaba por su ausencia aquella mañana lluviosa y fría del otoño, una mañana que parecía querer sumarse a la melancolía y la tristeza que el otrora vivaracho canario experimentaba irremediablemente desde hacía dos meses. Acurrucado en un extremo de su preciosa jaula blanca, que hacía que el color naranja de su plumaje y el tono negro de sus ojillos destacasen y llamasen la atención de cualquiera que se acercara a contemplarlo y decirle cualquier cosa, Óscar deseaba que lo dejasen tranquilo; no tenía ánimo para nada, no quería comer... Ni siquiera las deliciosas lengüetas o las ricas hojas de lechuga que sus amos le ponían a diario, sabiendo que esos dos alimentos eran sus preferidos. El animal contemplaba la lluvia que se estrellaba contra

MARÍA MAGDALENA.

[Este relato está basado en la historia real de una mujer con la que compartí asiento en el autocar que nos llevaba desde Roquetas de Mar hasta Almería el 31 de mayo de 2003. Ignoro su verdadero nombre y el de su hija, pero la crudeza con la que la vida la ha tratado me puso los pelos de punta y me hizo pensar que realmente hay personas que nacen con estrella y otras que nacen estrelladas. Espero que “María Magdalena” no haya perdido la estrella que da sentido a su vida. Como ella me dijo, estaba en manos de Dios]. María Magdalena se abanicaba con un ejemplar del Código Penal para combatir el bochorno pegajoso que hacía en ese atestado autobús que nos llevaba desde Roquetas de Mar hacia Almería aquella mañana del último día de mayo. A su lado, servidora la observaba con curiosidad y con cierta precaución; su aspecto de mujer desaseada, abandonada y dejada de la mano de Dios se mezclaba con el olor a sudor y a café con leche que despedía su cuerpo. Su camiseta blanca dejó de serlo hace

HOSPITALITIS

Aunque con la espeluznante tragedia que asola Haití y la rapidísima respuesta de la comunidad internacional en el envío de ayuda de todo tipo (pero que en absoluto tapa la desidia y la negligencia del denominado primer mundo para con el país más pobre del hemisferio occidental que ha estado sacudido por hambrunas, dictaduras, revueltas y conflictos sin que nadie haya atajado el asunto con interés contundente… Salvo por el envío de Cascos Azules de la ONU en 2004, algo es algo, aunque no sea mucho) parezca ridículo hablar de valores, crisis de valores o ausencia de valores, es evidente que el tema está ahí y que todos los días tenemos alguna demostración de que los valores están más en peligro de extinción que el lince ibérico. No se trata de moralina barata ni de trasnochados idealismos utópicos. Se trata de una realidad que está ahí. Es evidente que el ser humano [sin ánimo de generalizar] se ha vuelto cruel, egoísta, narcisista, despegado, juerguista y alérgico a cualquier tipo de co

LOS RETOS DEL PP EN 2010.

Una encuesta publicada recientemente por un prestigioso periódico de tirada nacional revela que el Partido Popular encara el sexto año de José Luis Rodríguez Zapatero como jefe del Ejecutivo con 5,5 puntos de ventaja en intención de voto, lo que constituye un considerable vuelco en un año, puesto que hace 12 meses era el partido de la rosa el que superaba en 3 puntos al de la gaviota. Pero, paradójicamente, como apunta el famoso rotativo nacional, Zapatero está mucho mejor valorado que Rajoy por los electores sondeados en la susodicha encuesta. Este dato llama la atención si se analiza con detenimiento. Y es que es cuando menos interesante que a pesar de la durísima recesión económica, de los cuatro millones de parados, de la latente falta de confianza en el rumbo del país, del desastre de las cuentas públicas o de las sonadas decisiones y medidas adoptadas en materia cultural, internacional o económica por el Gobierno mucha gente siga fiándose más de Zapatero que de Rajoy… Y un dato d

NO QUISIERA HABER VIVIDO ESE MOMENTO.

[Prooooooofeeeeeeee, el acróstico final te sonará, jejeje...] [Sé que es un relato malo y viejo, pero me apetece compartirlo con vosotros...]. Alicante, 3 de marzo de 2004. Querida amiga Cristina: ¿Cómo te encuentras? Perdóname por escribirte esta carta; sé que se te ha subido a la cabeza tu carrera de Derecho y que te molesta sobremanera que te llamen o que te escriban, que ahora eres amiga de pelillo o de taza de vino, que sólo te importa aquel o aquella que te puede ayudar a subir un peldaño más. Sé que ya no eres la Cristina enrollada y genial del cole; sé que has cambiado mucho y que cuando esta misiva llegue a tus manos la vas a leer y la vas a arrinconar con una mueca de desprecio porque te he hecho perder unos minutos que podrías haber empleado en llamar a una de tus colegas de la Facultad que tiene unos temas de cháchara más divertidos. Perdona que te diga esto, pero presumes de tener multitud de amigas y de que todas se disputan salir contigo y contarte sus secretos... Y la v

SULTÁN.

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El árbol se desperezó sonoramente, aprovechando el mañanero y fresco viento que envolvía el solitario paisaje campestre ese día gris de principios de invierno. Miró a su alrededor y gruñó por lo bajinis, maldiciendo el progreso que desde hacía más de medio siglo estaba obstaculizando su costumbre de dormir hasta el mediodía arrullado por los ruidos naturales del campo; cuando no era un tractor, era un avión, y cuando no, un camión, y cuando no, los diferentes helicópteros de las fuerzas de seguridad... El caso era que no podía quedarse dormido hasta que el sol estaba bien alto en el cielo, como era su deseo y como llevaba haciendo desde que tenía uso de razón. El progreso estaba muy bien para los humanos, pero para sus semejantes y para él había sido su condena a la desaparición y la tortura física y psicológica; ¿Les gustaría a los humanos que los quemasen vivos? ¿Por qué entonces cada año hay más incendios de árboles, de montes y de matorrales? ¿Les gustaría a los humanos que los par

PASIÓN DE MUJER.

Natalia metió la cabeza bajo la almohada y rompió a llorar con desconsuelo y con una creciente sensación de vergüenza y desamparo. Era el día de su cumpleaños, pero no estaba para muchas parrandas. Quería tener alas y volar lejos, muy lejos de su casa, muy lejos de su mundo, de su gente, de su entorno. Volar donde pudiese ir por la calle sin que nadie la reconociera por la calle y donde nadie la señalara por ser diferente, por ser una nota heterogénea, disímil. Se sentía un bicho peripatético, anómalo, al que todo Dios quería humillar, pisotear, esconder en lo más insondable de la Tierra; se sabía distinta, rara avis in terris. Tenía rubor de contemplar su cuerpo y saber que nunca iba a sentir excitaciones, vaivenes apasionados, manteniendo relaciones sexuales con chicos, y no podía volver la espalda a su naturaleza y a su temperamento. Habíalo intentado con tozudo ahínco, más no tardó demasiado en convencerse de que no estaba en condiciones de luchar contra ella misma; aunque le costa