IMPRESENTABLE E INCALIFICABLE.

De impresentable e incalificable se puede tildar lo que ocurre en los centros de salud y de Especialidades de la provincia. Vale que, como sucede con los hospitales de Elda, Sant Joan o Alicante, estén desbordados por la epidemia de gripe, pero lo que está claro es que antes de ésta ya costaba contener la saturación y que la enfermedad infecciosa no ha hecho más que agravar una situación ya caótica; caótica e impresentable porque tener que atender a pacientes en los pasillos de urgencias constituye un ataque brutal a la intimidad de los enfermos y de los médicos. Y caótica e impresentable porque si bien es cierto que un 40% de los casos atendidos el domingo 18 de enero en Urgencias del Hospital General de Elda-Virgen de la Salud eran leves y podrían haberse tratado en los PAC, ello no oculta que en la sanidad valenciana falta personal… Y el que hay debe hacer más horas de las que les corresponde, sin comer, beber agua, ir al baño ni dormir, con el riesgo que ello supone para la correcta atención de los pacientes y para la salud de los profesionales sanitarios, en los que nadie se para a pensar. En los que nadie valora que no son máquinas, que son personas y que, como tales, tienen un límite de resistencia.
De caótica e impresentable puede calificarse, asimismo, la situación en los centros de Especialidades, como apuntaba al principio de esta tribuna. En fechas muy recientes un medio provincial publicó una Carta al Director en la que una lectora relataba con justificada indignación los líos y los perjuicios que los encargados de dar los horarios a los pacientes en el centro de Especialidades de Benidorm ocasionan a éstos. Y ya no digamos lo que pasa en el de Elda: ¿Ustedes se creen que mi madre tenga que esperar a enero de 2010 para conocer el resultado de la Cpaf (prueba endocrinológica) que le realizaron el 1 de diciembre de 2008? ¿Es justo que los encargados de ello le hayan dado esa fecha <>? ¿Es que son médicos para saberlo? Parece mentira que no sepan que la Cpaf tiene un límite de validez, y que cuando mi madre quiera ir le tocará hacérsela de nuevo, por lo que habrá de pasar otra vez por meses de espera para el pinchazo y meses de espera para una nueva cita… Y otra vez lo mismo. Es la pescadilla que se muerde la cola. Es impresentable e incalificable. Impresentable e incalificable que una persona tenga que esperar más de un año para conocer un diagnóstico médico; y si empeora, con el empeoramiento se queda. Es para indignarse, como bien ponía la lectora benidormí en su misiva a ese periódico. Ni los pacientes ni los médicos merecen semejante descontrol: Son personas, no muebles a los que se recoloca y arregla cuando viene bien ni robots programados para rendir a alto nivel sin protestar y sin desfallecer. ¿Por qué en la Generalitat Valenciana no se dejan de grandes eventos y dedican más atención a algo tan prioritario como es la sanidad? ¿Por qué no se dejan de ferias varias y dotan a los centros sanitarios de más médicos, enfermeros y más personal administrativo competente para que funcionen de un modo eficaz y puntual? Algo tan básico como la sanidad no puede, bajo ningún concepto, dejarse para luego. Ni puede ni debe.