VILLENA NO MERECE ESO.

Lo que está sucediendo en el Ayuntamiento de Villena puede calificarse de circo, de show o de espectáculo cinematográfico, pero lo cierto es que de risa tiene bien poco. Porque no es ningún chiste que el equipo de gobierno de esta preciosa localidad alicantina esté enfrentado y dividido en dos bloques bloqueados entre los campistas y los partidarios de la alcaldesa Celia Lledó, y no es ningún chiste que desde que la primera edil retiró las competencias a los ediles campistas por abstenerse en un pleno a una propuesta del concejal de Hacienda, se han ido sucediendo las renuncias y nadie toma decisiones en esas áreas que se han quedado sin responsables, y los ciudadanos se están empezando a quejar de que no pueden hacer gestiones por no haber concejales para firmar los documentos solicitados. No es de chiste. Es para echarse a llorar.
Todo este baile de disputas, sanciones y ceses empezó con el apoyo de los ediles ahora renunciantes a sus delegaciones (pero no a sus actas de concejal) al candidato campista en lugar de al presidente de la Diputación José Joaquín Ripoll en el pasado congreso provincial del PP, lo que supuestamente ocasionó el castigo de la alcaldesa. Si eso es así, ¿por qué los incluyeron en las listas para las municipales, si sabían que su corriente de opinión no concordaba con las de la entonces candidata a la Alcaldía y podía darse una situación como la que viven en la actualidad? Cierto que las listas son motivo de disputas, rencillas, envidias y zancadillas en todos los partidos políticos, ¿pero por qué no dialogan, discuten, y tratan de llegar a acuerdos? Con esa actitud de niños peleándose en el patio del colegio no consiguen más que tirar piedras contra su propio tejado; ya está mal echarse los trastos a la cabeza con el adversario, pero hacerlo entre compañeros y más sin haber problemas de ideas es muy triste. Y muy nefasto para la imagen y los intereses de su propio partido por la desconfianza que estas situaciones generan en los ciudadanos, que hartos, se preguntan: ¿Cómo voy a votar a fulanito o menganita si se pasa el tiempo peleándose con sus compañeros y no trata de resolver mis problemas, cuando para eso están?

Villena no merece eso. Primero, porque los ciudadanos no pueden sufrir situaciones como las ya mencionadas en el primer párrafo de este artículo; es injusto y es lamentable. Y segundo, porque Villena ha recibido mucho dinero de diferentes Administraciones (Plan Confianza y Plan E), que va a servir para acometer el plan de acción comercial o la ampliación de la depuradora de las Virtudes (fondos autonómicos), la construcción de un centro de día para enfermos de Alzheimer o la remodelación del paseo Ruperto Chapí (fondos estatales)… Y Villena necesita un gobierno unido, un gobierno que esté para facilitar las cosas a los ciudadanos… No para complicárselas. Para eso ya tienen la crisis, los hijos, las dietas o la amenaza de la Gripe A. Que no es moco de pavo.