ESCRIBIR ES UNA DELICIA.
(Publicado en VALLE el jueves 31 de diciembre de 2009).
[Profeeeeeee, parte del texto te sonará seguro, jejejeje].
El VALLE del viernes 11 de diciembre brindó a los lectores (y a la abajo firmante) la oportunidad de leer un estupendo artículo de D. Rafael Carcelén titulado Escribir. En él, el autor dice que "escribir es como una cebolla con varias capas, cada una de las cuales cumple una misión distinta pero que va englobando a las anteriores, teniendo todas en común una función comunicativa y de expresión de nuestro mundo interior".
Leyendo el espléndido texto del Sr. Carcelén me he hecho la eterna pregunta… ¿Por qué se escribe? Y éstas son mis particulares conclusiones:
Para divertirse, y para jugar con las palabras; es apasionante dominar las palabras, jugar con el idioma, hacer las frases a tu entero antojo, conseguir el efecto deseado en los lectores.
Porque verbalmente no se consigue decir lo que se piensa; esto me ocurre a mí con frecuencia, puesto que expreso las cosas a través de la palabra escrita.
Para completar los mundos que deseábamos tener y no tuvimos: Es apasionante dirigir a tus personajes -que has creado a tu completo antojo- en su vida diaria con sus grandezas y miserias, sus alegrías y sus penas, sus avatares, sus maldades o sus bondades, y es algo único saber que tus personajes ríen, lloran, matan, aman, sienten, piensan y viven por un simple tecleo tuyo.
Para comunicarnos; el que escribe, comunica algo, por eso también se escribe para comunicar las ideas y los sentimientos que rondan por nuestra cabeza y nuestro corazón.
Escribir, para la abajo firmante, es dar rienda suelta a su pasión por la Literatura, por contar cosas, por narrar pensamientos, ideas o frustraciones. Si hay algo que me apasiona de mi profesión es que me permite comunicarme con ustedes, expresar lo que siento, lo que veo y lo que opino con la ayuda de mi ordenador y la inestimable colaboración de los medios con los que publico [entre los que destaca VALLE], y que a través de mis personajes puedo convertirme en quien no soy y en quien nunca seré; me parece fascinante mover los hilos de sus vidas por los derroteros que creo más adecuados, y me siento una privilegiada por poder construir mundos imaginarios, distintos del mío. Me siento una privilegiada por poder poner en boca de mis personajes cosas que, de otro modo, nunca diría.
La página en blanco no da miedo a quien escribe por placer. La persona que tiene muy claro qué ideas, frases, estructuras textuales y figuras retóricas va a emplear, no se para a contemplar el folio o la pantalla del procesador de textos de su ordenador con cara de susto, sin atreverse a empezar, sin saber lo que quiere plasmar en ellos. No hay que tener miedo a los espacios en blanco, pero sí a los estados de ánimo que nos embarguen a la hora de escribir; tristeza, alegría, enfado, frustración o desamor pueden influir decisivamente en un texto, para bien o para mal, y a veces casi es preferible borrar lo que se ha escrito en un momento de furia o de euforia y empezar de nuevo, más sosegadamente, más reflexivamente, por el bien de los lectores. Hay que planificar muy bien lo que se va a escribir antes de trasladarlo a un papel o al ordenador… Pero también es muy bueno improvisar textos, frases… Planificar es reflexionar, e improvisar es un ejercicio de libertad. Sólo hay que escoger lo que mejor nos venga en un determinado momento.
Un escritor tiene que ser capaz de hacer magia con las palabras y construir frases tan sencillas como contundentes que lleguen a los lectores; no hay nada más horrible para un devorador de letras que coger un texto que no entiende y que acaba dejando a medias porque cuanto más lo lee más en blanco se queda. Un escritor debe ser muy bueno manejando el diccionario y las técnicas de redacción, las figuras retóricas y los géneros literarios, pero si no es capaz de conseguir que sus lectores lo entiendan, todos sus conocimientos se volverán inútiles. Ya dijo Aristóteles que “la habilidad en expresar una idea es tan importante como la idea misma”.
[Profeeeeeee, parte del texto te sonará seguro, jejejeje].
El VALLE del viernes 11 de diciembre brindó a los lectores (y a la abajo firmante) la oportunidad de leer un estupendo artículo de D. Rafael Carcelén titulado Escribir. En él, el autor dice que "escribir es como una cebolla con varias capas, cada una de las cuales cumple una misión distinta pero que va englobando a las anteriores, teniendo todas en común una función comunicativa y de expresión de nuestro mundo interior".
Leyendo el espléndido texto del Sr. Carcelén me he hecho la eterna pregunta… ¿Por qué se escribe? Y éstas son mis particulares conclusiones:
Para divertirse, y para jugar con las palabras; es apasionante dominar las palabras, jugar con el idioma, hacer las frases a tu entero antojo, conseguir el efecto deseado en los lectores.
Porque verbalmente no se consigue decir lo que se piensa; esto me ocurre a mí con frecuencia, puesto que expreso las cosas a través de la palabra escrita.
Para completar los mundos que deseábamos tener y no tuvimos: Es apasionante dirigir a tus personajes -que has creado a tu completo antojo- en su vida diaria con sus grandezas y miserias, sus alegrías y sus penas, sus avatares, sus maldades o sus bondades, y es algo único saber que tus personajes ríen, lloran, matan, aman, sienten, piensan y viven por un simple tecleo tuyo.
Para comunicarnos; el que escribe, comunica algo, por eso también se escribe para comunicar las ideas y los sentimientos que rondan por nuestra cabeza y nuestro corazón.
Escribir, para la abajo firmante, es dar rienda suelta a su pasión por la Literatura, por contar cosas, por narrar pensamientos, ideas o frustraciones. Si hay algo que me apasiona de mi profesión es que me permite comunicarme con ustedes, expresar lo que siento, lo que veo y lo que opino con la ayuda de mi ordenador y la inestimable colaboración de los medios con los que publico [entre los que destaca VALLE], y que a través de mis personajes puedo convertirme en quien no soy y en quien nunca seré; me parece fascinante mover los hilos de sus vidas por los derroteros que creo más adecuados, y me siento una privilegiada por poder construir mundos imaginarios, distintos del mío. Me siento una privilegiada por poder poner en boca de mis personajes cosas que, de otro modo, nunca diría.
La página en blanco no da miedo a quien escribe por placer. La persona que tiene muy claro qué ideas, frases, estructuras textuales y figuras retóricas va a emplear, no se para a contemplar el folio o la pantalla del procesador de textos de su ordenador con cara de susto, sin atreverse a empezar, sin saber lo que quiere plasmar en ellos. No hay que tener miedo a los espacios en blanco, pero sí a los estados de ánimo que nos embarguen a la hora de escribir; tristeza, alegría, enfado, frustración o desamor pueden influir decisivamente en un texto, para bien o para mal, y a veces casi es preferible borrar lo que se ha escrito en un momento de furia o de euforia y empezar de nuevo, más sosegadamente, más reflexivamente, por el bien de los lectores. Hay que planificar muy bien lo que se va a escribir antes de trasladarlo a un papel o al ordenador… Pero también es muy bueno improvisar textos, frases… Planificar es reflexionar, e improvisar es un ejercicio de libertad. Sólo hay que escoger lo que mejor nos venga en un determinado momento.
Un escritor tiene que ser capaz de hacer magia con las palabras y construir frases tan sencillas como contundentes que lleguen a los lectores; no hay nada más horrible para un devorador de letras que coger un texto que no entiende y que acaba dejando a medias porque cuanto más lo lee más en blanco se queda. Un escritor debe ser muy bueno manejando el diccionario y las técnicas de redacción, las figuras retóricas y los géneros literarios, pero si no es capaz de conseguir que sus lectores lo entiendan, todos sus conocimientos se volverán inútiles. Ya dijo Aristóteles que “la habilidad en expresar una idea es tan importante como la idea misma”.
Comentarios
Consigues transmitir tu pasión por las cosas cuando las cuentas. Me encanta tu forma apasionada de escribir. Para mí la lectura de tus textos siempre resulta fluida, sin atascos en puntos confusos, y siempre me siento atrapada por la historia que cuentas, deseando saber cómo se desarrolla y cómo termina. Me gusta leerte, Puri. Feliz 2010!!!
Un besazo!!
Es un grandísimo honor y un inmenso orgullo contar con tu simpatía, cariño, afecto, fidelidad y apoyo. GRACIAS. Espero que mis textos sigan gustándote en este 2010... ¡Me esforzaré al máximo!
Tienes razón al decir que soy apasionada escribiendo. La literatura es mi pasión, y apasionadamente estoy volcada en ella.
MIL BESAZOSSSSSSSSSSSS,
La verdad es que fue una acampada un tanto accidentada, pero la recuerdo con cariño. Una de aquellas parejas rompió al poco tiempo, la otra tiene tres hijos en la actualidad, nosotros dos y el chico que hacía impar el grupo, después de mucho buscar, se casó hace poco. ¡¡Cómo pasa el tiempo!! :)
Un besazo!
Besazos,
Escribir es una delicia, una verdadera delicia... potencia todos los sentidos..hasta el común..
Perdona la ausencia pero he estado malito.
Besazos
ante todo escribir es un don, que algunos tenéis y que otros, como Saramago y yo, no tenemos. A mí me dejas con un papel en blanco y le pongo lejía para blanquearlo más. no todo el mundo vala, igual que pasa en otro tipo de actividades creativas.
Escribir es muyyyy gratificante.
Besazooooooooosssssssssss,
Jejejejejeje, coincido contigo en lo de Saramago... ¡Es intragable ese ¿escritor?!
Un abrazo,