DESCUBRIENDO NUNCA JAMÁS
El otro día tuve la oportunidad de volver a ver "Descubriendo nunca jamás", la película estadounidense protagonizada por unos magníficos Jhonny Deep y Kate Winstlet. Es un largometraje sencillo, conmovedor y tierno, de esos que sin ser una obra maestra del Séptimo Arte te hacen pensar, reflexionar, sobre los valores de amistad, imaginación, amor y solidaridad que parece que estamos perdiendo irremisiblemente; tengo la impresión de que nos da vergüenza, corte, sofoco, reconocer que una película nos ha tocado la fibra sensible. Ya no nos importa si un amigo está enfermo, sufre o tiene problemas, ya nos da igual si hay niños que sufren problemas de soledad, desatención y fantasía… Vamos tan acelerados, tan metidos en nuestros asuntos y en nuestras nimiedades que nos aislamos dentro del caparazón de pasotismo e indiferencia que nos construimos para envolvernos sin tapujos, fabricamos juguetes absolutamente mecanizados que dejan la capacidad inventiva de los críos por los suelos y les atiborramos a series y películas en casa para que se estén quietecitos y aprendan, de paso, que con sangre, violencia y lucha se va más que estupendamente por el camino de la Vida, que cuantos más golpes, puñaladas, insultos y batallas vean más humanizados van a estar. Perfecto. Me echo a temblar de pensar en cómo van a ser los adultos del mañana, al ritmo que van las cosas.
En esta película se recrea la preciosa amistad que el autor de Peter Pan, James Mattew Barrie (1860-1937), hace con una joven viuda madre de tres hijos y enferma terminal de tuberculosis. Y la verdad, sin que sirva de precedente, es que supieron trasladar a la gran pantalla lo que sus obras muestran (su personal y mordaz sentido de la vida como aventura romántica) y emocionar a los espectadores con los dos temas más destacados que aparecen en sus libros: La conservación de la inocencia infantil y lo que él denominaba el instinto femenino de la maternidad. Demuestra una gran humanidad al hacerse cargo de los niños, jugar con ellos y llevar su obra teatral Peter Pan a casa de la madre, su amiga, porque su lenta y desgarradora agonía le impide a ésta asistir al apoteósico estreno de la misma; eso es una prueba de amistad incondicional, de esas que hoy cuesta tanto dar o encontrar, porque en los momentos malos de la existencia es cuando ves quién es amigo o quién es conocido, y más de uno nos hemos llevado una sorpresa desagradable en ese aspecto. Pero es mejor así, porque de esta manera sabemos realmente quién nos apoya y quiere y quién no. Quién nos respeta y quién nos la pega en la primera oportunidad que se le presenta.
Para terminar, me voy a permitir una excentricidad egocéntrica: Admito que me chiflan las películas donde los protagonistas son escritores; me gusta ver sus frases, sus chaladuras, sus ideas, sus sueños y sus sinsabores, y me recreo pensando cómo reaccionaría o qué haría yo en su lugar… Y viendo "Descubriendo nunca jamás" no paré de imaginarme tomando un café con James M. Barrie y Arthur Conan Doyle; eso debía ser una gozada y una experiencia apasionante. Uf, ¡¡mucho más que una experiencia religiosa!!
Comentarios
Yo no he visto la película, pero tiene toda la pinta de ser una de esas en las que al final no puedes parar de llorar… Los tres niños pierden a su madre… ¡Qué tristeza! Imagino que contar con un verdadero amigo junto a ella en sus últimos días tiene que ser vital para poder soportar el desgarrador dolor de tener que dejar a sus hijos… Aunque seguro que ella hubiera mantenido también la entereza sin él… Por ellos… Qué tristeza de vida…
Un beso.
Vi la película que estás diciendo como cuando duermen los caballos con un ojo abierto y el otro cerrado y es que nunca jamás me atraen los pastelitos, debe ser por mi condición hiperglúcida.
Un beso, my Puri.
http://files.nireblog.com/blogs4/melanita-13/files/milla_jovovich_012.jpg
Te recomiendo que, si tienes ocasión, veas la película. Cierto que, como dice my dear profe Ariovisto, pastelea un poco... Pero la historia es humana, fresca, emocionante y preciosa.
Yo también pienso que es muy reconfortante contar con verdaderos amigos en momentos tan dramáticamente vitales. Aún así, el instinto de supervivencia humano también juega mucho en el tablero de ajedrez que es la Vida.
¡¡Muchas gracias por tus comentarios, porque me encantan y me reconfortan por su sinceridad!! Sé quién es Mila Jokovich (o como demonios se escriba, jejeje), y ejem... Sobre gustos... ¿Sabes? A mí tampoco me importaría un café (o lo que se terciase, jajajajjjjjjjjj) con Jhonny Deep... ¡Es un bomboncito...!
Ayyyyyyyyyyyy, creo que todos, en el fondo, nunca dejamos de cobijarnos bajo la sombra de Peter Pan, de ser un poco niños... Lástima que no conservemos esa inocencia que nos hacía ver el mundo de color rosa. Ahora lo contemplamos negro y gris, lejano y destrozado... Sin pararnos a pensar que tenemos mucho que ver en su lamentable estado.
¡¡Eres un Rioja, profe, un vino que mejora con los años y las canas, jejejejjjjjjjjjjjjjjjjjjjjjjjjjjjjjjj (¡¡es bromaaaa!!)!! ¡No cambies nunca ese humor...!
MIL BESOS.
si tiene partes tristes, prefiero no verla, por bonita que sea. No es el tipo de cine que me gusta.
Un saludo
Sí, la película es muy bonita, es preciosa, pero por otra parte es triste por lo que cuenta. Ese tipo de cine es bonito, pero sobre gustos... Aún no se ha escrito nada.
SALUDOS.
Lo que más me gustaba de Mary Poppin eran las orejas del crío... ¡espectaculares!
Ayer te eché de menos en cierto concierto de cierto teatro de cierta ciudad...
Cierto profesor....
Besos
¡Muchas gracias por tu felicitación!
Un besazo.
¡Léete el e-mail que te he enviado, jejeje!
BESAZOS,
BESAZOS,